| Colores: rojo • dorado
| Fauna: gorriones molineros • cuervos picudos
| Flora: nenúfares • orquídeas
| Sabor a: pad Thai de camarones • batido de frutas
Hace dos meses que empecé esta ruta en el sudeste asiático y ahora vuelvo al lugar donde inicié esta travesía para regresar a casa. Recorrer las calles de Bangkok entre templos imponentes y rascacielos durante estos últimos días me hace pensar mucho en todo lo que he vivido y en eso que se me ha quedado más grabado en la memoria, empezando por la forma en que las personas se saludan en este rincón del mundo. Si bien cada país de los que visité en esta ocasión tiene palabras diferentes, todos tienen un cierto gesto en común, unir las manos cerca del pecho y hacer una pequeña reverencia. Este gesto derivado del budismo y conocido como wai simboliza que reconoces la humanidad en el otro y de alguna forma nos recuerda que todos estamos conectados en cada saludo. Al principio, yo correspondía la reverencia por educación y evitar ofender a aquellos que encontraba en mi caminar, pero con el tiempo creo que su significado es algo que quisiera llevar conmigo a casa. Quisiera poder saludar a la humanidad en cada persona que encuentro y así tener presente que a pesar de las diferencias que parecen separarnos irremediablemente, siempre hay algo que nos mantiene unidos en espíritu.
Otra cosa que quisiera llevarme conmigo a casa es la apreciación que tienen por la comida y por hacer de cada una algo memorable. Sentarse a disfrutar un plato de arroz frito, de pad thai, o de sopa de fideos puede que sea una actividad cotidiana pero sin importar lo ordinario que pueda parecer, cada bocado se disfruta cómo si fuera único. Creo que esta forma de apreciar esos pequeños detalles de la vida se deriva de la filosofía de estar presente en cada instante, incluso en el simple hecho de respirar y admirar el milagro de vivir. Es tan "fácil" caminar en automático, en estar siempre corriendo a algún lado (y a veces sin siquiera rumbo), en pensar que hay otros lugares en los que deberíamos estar y en todo lo que nos estamos perdiendo, que olvidamos vivir... Este viaje me ha recordado cómo se siente vivir en cada paso, sensación, color, forma y bocado. No niego que me ha mostrado esa tendencia a volver a esos patrones de antes, pero también cómo con la práctica puedo evitar caer indefinidamente en ellos.
Quisiera poder guardar en mi corazón todas esas sonrisas de gente conocida y desconocida, esas que iluminaron más de uno de mis días y me llenaron de colores que no sabía que necesitaba. Quisiera mantener vivo todo eso que sentí cada vez que extrañaba algo de casa, ese amor que me inspiraba cada uno de los que extrañé durante estos meses. Quiero poder llevar conmigo la valentía que me trajo hasta aquí y a escribir estos monólogos, para abrazar todo lo que soy y con ello a todos los que amo sin dejar que el miedo me inmovilice.
Este regreso al lugar de partida me hace pensar también en que cómo veía este viaje antes de empezar, en esa imagen romantizada de Julia Roberts encontrando todo lo que le hacía falta al estilo "Comer, rezar y amar". En retrospectiva pienso que se ve un poco más como Norah Jones en "Noches púrpura", en dónde una chica con el corazón algo roto emprende un viaje y termina regresando a una ventana en la que todo empezó para darse cuenta de que ya ni ella ni lo que había tras la ventana eran lo mismo. Yo aún espero a regresar a esa ventana en la que empecé, pero tengo el presentimiento de que tampoco encontraré lo que dejé atrás ni lo veré con los mismos ojos. Este es el primer lugar que visito por segunda vez después de mi viaje y honestamente no se siente cómo el día en que aterricé hace ya dos meses. Quizás está hablando mi voz de la nostalgia, pero se siente diferente, me siento diferente... Empezando por que ya no corro para visitar todo en un día (así quisiera, creo que mi cuerpo ya no me lo permitiría). Por el contrario, camino con calma y me doy la oportunidad de descubrir nuevos tesoros en sitios corrientes. Visito lo que puedo y sólo como cuando de verdad tengo hambre. Veo todo con más detenimiento y de vez en cuando me descubro pensando en qué se sentirá regresar con estos lentes al lugar que he decidido llamar mi hogar una vez más.
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